lunes, 10 de marzo de 2014

La Ruta de los Ancestros de Ingrid Chicote



   
     Estas humildes palabras acerca del libro La Ruta de los Ancestros de la Poeta villacurana Ingrid Chicote, no pretenden ser parte de una crítica literaria ni de un refinado estudio de poesía, aunque sean validos estos argumentos, en este momento quisiera dar mi impresión desde la más profunda sinceridad, bajo esas observaciones captadas en la primera lectura, en fin, como me atrapo emocionalmente este libro. Escribir sobre la obra de alguien que escribe mucho y, actualmente representa una de las voces poéticas más importantes del país, es un verdadero riesgo, pero a la vez es toda una tentación plasmar unas cuantas palabras de admiración, por tanta sensibilidad expresada en La Ruta de Los Ancestros. 

            Es un libro, que parte desde lo íntimo y lo familiar, una especie de mapa familiar donde se adentra desde los inicios de dicha conformación, descubriendo lugares, tesoros sentimentales, razones, testimonios, es un manifiesto contra el olvido “La verdadera muerte es el olvido”, pero también trasciende lo familiar, cuando somos testigos de la imagen de un Pueblo (Villa de Cura) que ya no existe o de la cual queda muy poco; Con una sublime nostalgia Ingrid nos hace transitar por calles, esquinas, rincones, nos invita a recorrer espacios que para cada villacurano tienen alguna importancia o nombres que físicamente ya no existen, pero en la memoria habitaran por siempre, Como el Café Ayacucho; Desde su familia también podemos reconocer a la nuestra “La familia no es un accidente histórico” y lo primordial es hacer que el recuerdo produzca elementos para la reflexión y la transformación de las realidades, nos podemos preguntar constantemente : ¿De dónde somos? ¿Qué es la identidad?; Logramos corroborar que la infancia y la adolescencia son inmensos mundos que de cierta manera se entrelazan con la adultez “El pasado es una historia construida de amorosas piedras eternas en el abrazo donde no hay exilio posible”. 

            Para la camarada Chicote, la memoria es un signo de resistencia, que va reconociendo y defendiendo en cada uno de sus escritos, en las pocas conversaciones que hemos tenido, es sorprendente evidenciar como va teniendo una conexión lineal con lo que vivió y lo que está viviendo, sin dejar de proponer, desmentir, recomendar, siempre acompañada de una anécdota, algo que nos confirma que ella forma parte de ese ejercito de la Memoria, “Las cosas mueren cuando olvidamos”.  

            La poeta, en cada verso, va descubriendo las razones de su compromiso con la literatura, la fuente, el motivo: sin duda es familiar, en el prologo que esta publicado en el libro y lleva por título “La memoria familiar y algunas explicaciones necesarias”, termina con lo siguiente “La memoria familiar es poderosa cuando ésta envuelta en renovados afectos. Ésta es la muestra de que ellos nos sembraron poesía, guitarra, inquietudes y el amor necesario por la vida y por los sueños”  

            Como las Poetas: Enriqueta Larriva, Maria Calcaño, Lydda Franco Farías o Wafi Salih, Ingrid Chicote tiene su propia voz, su propia fuerza, y el tiempo le reconocerá  su esfuerzo no solo como escritora, sino como promotora cultural, dominada por la conciencia sensible y no por el dinero. 
            Aquí les dejo un poema extraído de la Ruta de los Ancestros:

            Despedida 

            Después de recorrer Soria
            Empapada de de sangre y fuego
            Me embarco en cualquier galeón
            Para salir por el Golfo de Vizcaya
            Huyendo de la Guerra Civil

            Traigo este país
            Y a este valle de luz
            Muertos de años de guerra
            Encontrados en esquinas y arboledas
            Con la mirada en un cielo
            Aturdido de temporales y relámpagos

            La verdadera muerte
            Es el olvido

            Traemos al presente relatos orales
            Para que los hijos
            Y los hijos de los hijos
            Los propios y los ajenos
            Sepan que proceden
            De una historia que se mueve
            Que se halla en El Encanto o en El Metro
            O en el Valle de Tucutunemo

            Una historia que lava sus manos
            En ríos desaparecidos
            Como los que fueron
            Echo la mirada al pasado
            Para volver al presente
            Desde los cuerpos que ya no se siembra
            Debajo de antiguos robles

            Recojo los pasos
            De los Pies que no son míos

            Obvio rencores
            Limpio heridas
            Pido perdón por inexperta
            Para decirle a mis muertos
            Que descansen en paz.

            Que viajen eternamente en el sueño
            Y desde el otro lado del presente
            Observen correr las aguas
            Que jamás volverán a ser
            Las mismas aguas limpias
            Que conocieron. 

            Que viajen por el universo que preferían
            Para que desde allí
            Iluminen a los nuevos nacidos
            Hacia lugares que no son,
            Ni serán,
            Las profundas montañas
            Bordadas de cascos de caballos
            Que surgieron de los sueños
            De quienes dieron la espalda a la muerte
            Encontrándola sin olvido   
           
            De tanto caminar
            Por las riberas del El Duero
            Conversar con Antonio Machado
            En las lomas de Camejo
            El cansancio
            Me hace volver la mirada
            Recoger los pasos
            Aunque no para morir. 

            Huesos y lápidas no alzan cantos
            No se vuelven a la risa
            Ni brindan por los días venideros

            El pasado es una historia
            De amorosas piedras
            Eternas en el abrazo
            Donde no hay exilio  posible
            La familia
            No es un accidente histórico

            Es el lugar donde recurrimos
            Cuando ya no queda otra cosa
            Sino visitar los cementerios.



           

            Emilio Pino Salinas

sábado, 8 de marzo de 2014

El Periodista Lector




Un periodista que no lee se convertirá en un vil fantasma condenado a la oscuridad; Un periodista que no lee, sencillamente será un mutilado del conocimiento. 

Es necesaria la lectura en el oficio periodístico, ya que es un encuentro de saberes  y de fortaleza espiritual; Un periodista lector podrá enfrentar con más capacidad analítica acontecimientos  de la realidad; La lectura le permite la preparación integral con el fin de que sea un periodista que desarrolle o que tenga noción de las diferentes disciplinas y géneros; Un periodista que lee podrá adquirir un gran poder: El de la Palabra; Un periodista que lee será capaz de romper con el orden establecido  en su entorno y creara nuevas formas de hacer periodismo adaptadas al tiempo y al espacio; Un periodista lector nunca será un conformista; Un periodista lector es igual a un Visionario; Un periodista lector se preocupa y se ocupa, entiende la lectura como un todo relacionado con su vida cotidiana. 

Un periodista debe ser lector, de lo contrario no lo es!  



Emilio Pino Salinas

jueves, 6 de marzo de 2014

¿Dónde quedo el Boxeo en Villa de Cura?



   El ring y los guantes de box, fueron una constante en la dinámica deportiva de Villa de Cura, sin duda que hablar de este Pueblo, es también rememorar las hazañas del boxeo, es un  misterioso fenómeno en que el deporte va de la mano con la efervescencia de la vida social y se convierte en un protagonista de la memoria histórica; Mi abuelo Ramón Salinas  (Quien formo parte de la Directiva de la Liga de Boxeo en el Municipio Zamora en la década de los 80 del siglo pasado) me conto con el peculiar tono de la nostalgia y de la pasión, algunas vivencias de la Villa de Cura boxística, el recordó algunos personajes que pasaron por el ring villacurano ( allá en el  desaparecido Gimnasio, ubicado en la misma calle de la prefectura al frente de la Plaza Mirada, donde en unas letras de cemento dice: 1940, Mercado) o asistieron en plan de invitados, atletas del renombre nacional e internacional como:, Bernardo Piñango, Marcelino Bolívar, Omar Catarí o El Morochito Rodríguez, todos ellos flamantes medallistas Olímpicos, que en sus respectivas ediciones representaron con un verdadero sentido patrio a nuestra nación, Además mi abuelo afirma que aquí en Villa de Cura estuvo entrenando un Campeón Internacional, el puertorriqueño Esteban de Jesús, el mismo que vio la semejanza entre el baile de la salsa y la técnica del boxeo; Jesús, fue el mismo que le propino el 17 de Noviembre de 1972 al Panameño Roberto “Mano de Piedra” Durán su primera derrota, logro el 16 de Febrero de 1973 el Campeonato Ligero al vencer en San Juan Puerto Rico  al estadounidense Ray Lampkin, y luego perdería el titulo contra el mismo Durán el 11 de Marzo de ese mismo año, un nocaut en 11 asaltos. 

            ¿Por qué solemos olvidar nuestros momentos de gloria?; El boxeo, fue un protagonista de grandes triunfos, Villa de Cura llego a ser sede de torneos nacionales. En un artículo publicado en el Diario el Aragueño por el profesor y cronista de Villa de Cura Antonio Cabanillas Yépez, expone la importancia de sectores como las “Mercedes” en lo que fue el empuje de este deporte, teniendo como principal baluarte al recordado: Aníbal Nieves, un temible embajador de esta disciplina, quien golpeaba con quiebres de cintura. Aníbal, como amateur derrotó al campeón mundial en los 57 kilos el cubano Armando Gámez en el torneo “Bicentenario del Nacimiento de El Libertador Simón Bolívar”, en 1983. Como profesional recorrió países como Corea, Japón y México, estuvo en dos oportunidades a punto de disputar el título mundial ligero junior de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), primero con el surafricano Brian Mitchell (quien renunció a la corona mundial), y luego con el puertorriqueño Genaro Hernández, sin embrago problemas en su vida personal le impidieron llegar a la consagración de su carrera profesional. Y los nombres de boxeadores son inagotables, como los hermanos Nieves (que no tienen ningún parentesco con Aníbal), ellos también marcaron una gran historia, Ángel tuvo tiempo en el profesional con 19 combates, Yovani es el único villacurano que ha disputado un título mundial profesional en 1992 contra YungYung Park y Miguel propinó un célebre nocaut en el primer asalto a los 12 segundos de comenzada la pelea contra el colombiano Santander Vargas en 1989, emulando el récord del legendario campeón mundial pesado Jack Dempsey, cuando iniciando la pelea en apenas 14 segundos noquea a Fred Fulton, en la década de los años 20 del pasado siglo, posteriormente llegó a ser esparring del campeón mundial pluma Antonio Esparragoza en una defensa del título en Corea, se retira con 30 peleas profesionales, actualmente dirige un gimnasio de boxeo en la comunidad de “La Coromoto”, buscando mantener este deporte como tradición popular. El profesor Cabanilla se refiere en su artículo, al boxeador José Rivero Montezuma, quien tuvo 15 peleas como amateur en la categoría ligero, y hoy en día es un infatigable estudioso de la historia del Boxeo; Sería interesante seguir tras esas huellas del Boxeo villacurano, que podemos encontrar por allí, ¿Habrá talento villacurano con la posibilidad de convertirse en campeones mundiales? ¿Dónde quedo el boxeo en Villa de Cura?.
            Que bueno sería volver a ver una pelea  del mejor boxeo en nuestro municipio, un arte, donde el principal elemento es el estilo. 

           
            Emilio Pino Salinas