El
periodismo es un oficio para valientes y no un círculo vicioso de prácticas que
generan un vacío espiritual dentro de la población, el verdadero periodismo
reivindica el conocimiento con el fin de servir a la humanidad. Por estas razones
debemos enaltecer el nombre y la obra titánica del periodista argentino:
Rodolfo Walsh, ejemplo genuino del periodismo militante (que cierta cúpula
periodística intenta negar), se trata como en una ocasión expresó el periodista
Earle Herrera de “un revolucionario que murió combatiendo la dictadura fascista
que ensangrentó a su país, suerte que también corrió su propia hija. Fue
fundador de la Agencia Cubana de Noticias, Prensa Latina, y creyó y militó en
un periodismo revolucionario, clandestino, subterráneo y popular”. Wlash se
caracterizó por ser un intelectual orgánico, integral, asumiendo la concepción
encaminada por Antonio Gramsci, su compromiso estuvo entre el pensamiento y la
acción, es decir, la praxis revolucionaria.
Inicios como
periodista y escritor
Rodolfo
Walsh nació en Lamarque, provincia de Río Negro, Argentina, el 9 de enero de
1927. En 1941 se mudó junto a su familia a Buenos Aires, en donde estudió en un
colegio de sacerdotes irlandeses. Diez años después trabajó como corrector de
pruebas y traductor, y en 1953 publicó Diez cuentos policiales argentinos,
Variaciones en rojo (Premio Municipal de Literatura), la primera recopilación
de autores nacionales del género, y Antología del cuento extraño (1954). Por su
parte siempre defendió la posición del periodismo militante, comprometido con
las luchas sociales, es por esto que, a raíz de los acontecimientos que
tuvieron lugar en el golpe de Estado contra Juan Domingo Perón y la
consolidación del gobierno de facto, escribió para un periódico sobre el
fusilamiento, en 1956, de un grupo de opositores al régimen de José León
Suárez. De esta noticia publicaría más tarde sus investigaciones en un libro
llamado Operación Masacre (1957). De este modo, y tal vez sin ser del todo
consciente de su aporte al periodismo, Walsh sienta en Argentina un precedente
de lo que diez años más tarde se conocería en Estados Unidos como novela de no
ficción (género conocido como periodismo literario), que tiene entre sus
grandes exponentes al escritor Truman Capote con su obra A sangre fría.
Por
otra parte Rodolfo Wlash siempre se identifico por ser un periodista visionario
que sintió una constante necesidad de crear nuevas formas de organización
alternativas, bajo la esencia de periodismo militante que se enfocará en ser
parte y servir a la causa de la clase obrera. Tenemos como ejemplo los talleres
que organizó para periodistas comunitarios.
Operación
masacre
Con
operación masacre (novela emblemática dentro de la narrativa de no-ficción en
Latinoamérica publicada en 1957) su labor como escritor hace un giro
determinante, es allí donde comeinza su militancia dentro del periodismo y su
conciencia hacia la realidad del terrorismo de Estado. Acerca de la novela dijo
Walsh “Cambió mi vida. Haciéndola, comprendí que además de mis perplejidades
íntimas, existía un amenazante mundo exterior”. SE trta del comienzo de la
persecución y asesinato sistemático y clandestino de militantes políticos y
peronistas en una serie de gobiernos de facto que durará hasta principios de la
década de los ochenta (no sólo en Argentina, también en otros países
latinoamericanos). Pero también otras novelas, sin duda trascendentales, como
el caso de Satanowsky (1958), acerca de la relación entre los crímenes
políticos y los medios de prensa, y ¿Quién mató a Rosendo? (1969), cuya
temática es el “vandorismo” y el sindicalismo peronista del 55.
Su legado
imborrable
El
25 de marzo de 1977 un grupo armado emboscó al periodista Rodolfo Walsh en la
calle, se defendió con una pistola calibre 22 y no dejó de disparar hasta que
fue herido de muerte.
Aún
herido, fue subido al auto y secuestrado. Sus restos aún no han sido
encontrados. Walsh prefirió morir luchando. Su legado aún se mantiene vivo en
el pueblo de América Latina, quien recuerda una de sus más conocidas frases:
“El pueblo aprendió que estaba solo. El pueblo aprendió que estaba solo y que
debía pelear por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el
silencio, la astucia y la fuerza”.
Carta abierta a
la junta militar
El
24 de marzo de 1977 Rodolfo Wlash escribe una carta que va dirigida a la a la
junta militar de Argentina que presidió una de las dictaduras más brutales en
América Latina. En esta carta se identifica el testimonio personal de la
persecución, el ajusticiamiento a peronistas y militantes de la resistencia, y
el balance con cifras y datos de la labor represiva de esa dictadura. Así
termina la carta “sin esperanza de ser escuchando, con la certeza de ser
perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hacer mucho tiempo de dar
testimonio en momentos difíciles.
Por: Emilio Pino Salinas
No hay comentarios:
Publicar un comentario