“Flota como una
mariposa, pica como una abeja”
En este caso,
pudiéramos decir perfectamente: que los puños enseñan, los golpes dan grandes
lecciones. El Boxeo, no es simplemente un arrebato de rudeza por parte de dos hombres
(como tú o como yo) impulsados por la presión de millones de dólares en pelea
(esta vez la pelea tiene muchos más sentido, la pelea por la pelea) y el grito
eufórico de miles de personas que en su mayoría ignoran el dolor provocado por
unos guantes de Box sobre la cara o cualquier parte del cuerpo. El Boxeo, no es
simplemente un deporte, es la vida en plena acción, es caerse y levantarse, es
el momento en que un agua fiesta (el réferi) cuanta tus minutos como anunciando
tú final; es defender la guardia con miedo y firmeza, es tirar un gancho con
incertidumbre y confianza. Cada uno de nosotros vive una pelea, contra el
campeón más feroz o el novato talentoso, pero al fin y al cabo todos somos
boxeadores. ¡Prepárate al ring, suena la campana, comienza otro round!
Y si de Boxeadores
hablamos, debemos referirnos al más grande de todos, Cassius Clay de nacimiento
pero Mohamed Ali de convicción y de raíces. Traslado su sensibilidad por la
justicia al Boxeo, el mismo Mohamed recuerda que a los 12 años de edad quería
castigar a todo aquel que le robara su bicicleta. Era el peso pesado con los
mejores movimientos dentro del ring, frenéticos golpes a la velocidad de la
luz, “He sacudido al mundo” anunciaba sin temor al repudio popular, al
contrario, fue amado por muchas de esas personas que ignoran el dolor provocado
por los guantes de Box, era un ídolo, un héroe. Tal vez Mohamed Ali y Diego
Armando Maradona fueron creados en el mismo laboratorio, Atletas inmortales en
sus disciplinas, algunas veces hablando un poco de más, presumiendo su talento
hasta la exageración: “Soy el más grande”, “La mano de Dios”; ¿Quién será el
Pele de Ali?
Pero Un día Mohamed
Ali, desafío al País que lo vio nacer, su rebeldía rozo fronteras ideológicas,
se convirtió en un enemigo para el poder establecido. “No tengo ningún
conflicto con el Vietcong” en Abril de 1967 el Hombre convertido al Islam
Mohamed Ali (de allí la razón del cambio de su nombre) rechazo incorporarse al
ejército de Estados Unidos para combatir en la guerra de Vietnam, es que ya no
era Cassius Clay, era Mohamed Ali: el afrodescendiente, el musulmán y el
Rebelde. Díaz después de su decisión fue condenado por un gran jurado compuesto
sólo por blancos, como desertor. El Juez le dio la máxima sentencia de 5 años de
prisión y diez mil dólares de multa El Boxeador apelo y mientras esperaba el
resultado se le prohibió salir del país, Se le quito el pasaporte y se le
prohibió boxear en los Estados Unidos.
Nunca seria olvidado
su nombre, y su ejemplo técnico seguirá en el ring “Flota como una mariposa,
pica como una abeja” y esa rebeldía y sensibilidad humana, porque el boxeo es
más que un simple deporte, es la vida en plena acción.
¡Prepárate al ring, suena la campana, comienza otro round!
Emilio Pino Salinas.
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